¿Crees que estos estereotipos afectan de la misma manera a unos y a otras? De la misma manera es evidente que no, pero sí en la misma intensidad. Desde antes de nacer, hay familias que ya establecen diferencias entre los dos sexos. Por ejemplo: la habitación, la ropa, el chupe, etc. es azul si es un niño y rosa si es una niña. En otros casos se opta por colores neutros, pero la inmensa mayoría parece vetar al niño del color rosa. Con los juguetes pasa igual, se le compran balones de fútbol, pistolas y coches teledirigidos a los niños; y muñecas, cocinas y carritos con bebés a las niñas. Lo más curioso es que los padres y madres que hacen esta cosas, luego le dicen a sus hij@s que los niños y las niñas SON IGUALES. ¿Qué harías para contrarrestar alguno de los estereotipos que nos señalan en estos vídeos? “No vale tanto lo que dices, sino lo que haces”. Somos modelos de referencia para nuestro alumnado y para nuestros hijos e hijas. La familia y la escuela deben remar en la misma dirección hacia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, por eso es importante crear “Escuelas de Familias” en los centros para concienciar y asesorar sobre cómo educar en igualdad a los niños y niñas desde el hogar. No es del todo eficaz que impulsemos la coeducación en la institución escolar, si no se refuerza paralelamente desde la institución familiar. Nuestro alumnado tiene que ver coherencia entre “lo que decimos” y “lo que hacemos”: un niñ@ debe tener la opción de jugar con pelotas, carritos, muñecos y muñecas, cocinas, monopatines, camiones, cuentos, etc. y debe ver tanto a papá como a mamá hacer todo tipo de tareas en el hogar y de actividades en el espacio público. ¿Podrías señalar algún otro estereotipo sexista que pueda afectar a un niño o a una niña? ¿A un hombre o a una mujer? ¿Cómo lo abordas o lo abordarías desde tu ámbito personal, familiar, laboral? Afirmar que uno no tiene estereotipos o que no le afectan es un acto de ignorancia que queda muy lejos de la realidad. Desde un punto de vista personal, leer sobre feminismo me ha permitido descubrir en mí, en mi pareja y en seres queridos y amig@s, actitudes, conductas y comportamientos que encierran micromachismos. Un pequeño ejemplo: es común ver cómo los hombres, en una conversación, interrumpen a las mujeres con una facilidad grotesca. Incluso, a veces, no son ni conscientes de dicha interrupción y por ende, no piden ni disculpas. Esto no ocurre al contrario ni de hombre a hombre. Otro ejemplo: el derecho que creen tener muchos hombres a piropear a una mujer desconocida, o a observarla con descaro. Podría escribir páginas y páginas sobre este tipo de conductas que contribuyen a estereotipar al hombre y a la mujer. Lo cierto es que la mayoría de estos comportamientos se llevan a cabo de manera inconsciente pero son los que hacen que nuestros hijos e hijas elaboren el concepto de qué es ser hombre y qué es ser mujer. ¿Qué cómo lo abordo? CON COMPROMISO. No río la gracia a lo que no la tiene (chistes y comentarios malsonantes) y denuncio con educación y argumento lo que no me parece de recibo.
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Seleccionar un recurso es una tarea bien difícil, lo que sí considero imprescindible es estar al día, formándonos e informándonos de cómo otr@s profesionales llevan a cabo esta tarea. He visto muchos recursos y muy interesantes para llevar a cabo la coeducación en diferentes grupos de Facebook o en Twitter como los de este curso; incluso Unidades Didácticas elaboradas a tal fin por diferentes instituciones.
Diré que conocer y leer a Hannah Arendt significó (y significa) muchísimo para mí. Mi admiración hacia esta filósofa alemana es supina. De religión judía le tocó vivir el "Infierno Nazi" en primera persona. Quizás el hecho de estar enamorada de uno
de estos supremacistas, la llevó a intentar empatizar y comprender el porqué estas personas se sentían superiores a otras. Asistió a uno de los juicios más famosos del Holocausto, en el que se juzgaba a uno de los hombres más cercanos a Hitler, y escribió un libro sobre este: "Eichmann en Jerusalen". La profundidad de pensamiento, de análisis y de empatía de Arendt, queda reflejada en todo su legado, pero, desde mi punto de vista, en la interpretación que hace de este juicio, siendo judía y habiendo sufrido en su propia familia el movimiento nazi. Cito algunas de sus frases: -En referencia al propio Eichmann, dice: "no era un Satanás, sino una persona ‘temiblemente normal’; un producto de su tiempo y del régimen que le tocó vivir" -"En determinadas circunstancias, el mal es el resultado de los actos de personas normales que se encuentran en situaciones anormales" -"Las mentiras resultan a veces mucho más plausibles, mucho más atractivas a la razón, que la realidad, dado que el que miente tiene la gran ventaja de conocer de antemano lo que su audiencia desea o espera oír. Ha preparado su relato para el consumo público con el cuidado de hacerlo verosímil mientras que la realidad tiene la desconcertante costumbre de enfrentarnos con lo inesperado, con aquello para lo que no estamos preparados" YO AYUDO EN CASA "Yo ayudo en casa" es el comentario que muchos hombres hacen para manifestar que en su hogar NO TODO lo hace su esposa. Este comentario encierra un machismo evidente, porque le otorga la responsabilidad de la tarea del hogar solo a la mujer. Como dice Octavio Salazar en su libro "El hombre que no deberíamos ser", es un hombre feminista quien reconoce los privilegios que tiene en la sociedad por el mero hecho de ser hombre y está dispuestos a renunciar a ellos. Aunque se han dado algunos pequeños pasos hacia a la igualdad, sigue siendo el hombre el que vive en el espacio público y la mujer quien ocupa el espacio privado. En mi entorno es así en un porcentaje demasiado alto. Es la mujer quien, además de llevar a cabo su trabajo (el remunerado), lleva a cabo tareas tan necesarias e importantes como fatigables: limpieza, cocina, plancha, compra, niños y niñas, y un larguísimo etcétera. Es cierto que algunas de estas tareas, cada vez más, son compartidas entre los convivientes, pero solo hay que observar a nuestro alrededor para comprobar que el reparto no es justo ni equitativo.Haz clic aquí para editar. |
AutorAlfonso García Gallardo Síguenos en...ArchivosCategorías
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