Los insultos, casi siempre y sobre todo a las mujeres van dirigidos al aspecto físico; y en menor medida, pero también con bastante frecuencia, también se dirigen a su manera de comportarse (si esta no cumple el estereotipo o el patrón de medida). Por ejemplo: si eres niña pero te gustan las motos y llevar el pelo corto, eres “un machorro”; o por el contrario, si eres un niño y te gusta cocinar, la peluquería y no te gusta el fútbol, entonces eres “una nenaza” o “mariquita”
Volviendo al hilo de los artículos de Mary Beard, las mujeres están claramente sometidas a pasar por el filtro de belleza y aparente juventud. Esto también lo podemos ver en la televisión, donde LOS periodistas (hombres) que presentan telediarios en cadenas punteras tienen un aspecto normal y proporcional a su edad, pues se le da valor a su habilidad comunicativa y capacidad periodística; sin embargo, LAS periodistas (mujeres) han de tener una apariencia joven y bella. Por último, creo que el insulto nos hace daño a TODXS. A unxs más que a otrxs, pero siempre condiciona nuestro concepto y por consiguiente, nuestra autoestima; sobre todo en los pequeños y pequeñas, cuyos aspectos afectivos y sociales están en pleno desarrollo.
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AutorAlfonso García Gallardo Síguenos en...ArchivosCategorías
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