"Hard candy" es una película de 2005 en la que Hayley, una adolescente precoz, visita un café para reunirse con Jeff, un adulto fotógrafo que conoció por Internet. Jeff piensa que ha logrado su nueva y joven caza, pero Hayley le tiene una gran sorpresa preparada. Después de haberlo drogado y atado, Hayley le revela que sabe lo que le hace a las adolescentes y que tiene un plan para hacerlo confesar. El cazador ha sido cazado. Os dejo el trailer a continuación.
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No voy a centrarme en un spot concreto porque la reflexión valdría para casi todos los anuncios de productos que van dirigidos a hombres y a mujeres, pues la mayoría proyectan estereotipos machistas o, cuanto menos, contribuyen a los que ya existen en la sociedad (que no son pocos). A ellas siempre se les ofrecen productos relacionados con la limpieza, con todo aquello que concierne a nuestros hijos e hijas y con la belleza y la imagen “que tienen que mostrar”. Por ejemplo: -alimentos bajos en grasas para guardar la línea -cremas de hidratación, para celulitis y para luchar contra las arrugas de la piel -champús para tener un pelo brillante e impoluto -productos de limpieza en el hogar -los mejores alimentos para la nutrición de nuestras hijas e hijos -etcétera … ¡Es patético! Como si los hombres no sufriéramos las consecuencias del sobrepeso, no se nos resecase la piel, no nos lavásemos el pelo, no pusiéramos la lavadora en casa o no nos importase la educación de nuestras hijas e hijos. Además es difícil encontrar un anuncio en el que la mujer no muestre su cuerpo desnudo o semidesnudo, lo cual, en muchos de estos anuncios es un estímulo para los hombres. Todo esto solo fomenta la cosificación de las mujeres y aporta una visión del sexo y de la relaciones MUY REDUCCIONISTA y MUY PELIGROSA. Los insultos, casi siempre y sobre todo a las mujeres van dirigidos al aspecto físico; y en menor medida, pero también con bastante frecuencia, también se dirigen a su manera de comportarse (si esta no cumple el estereotipo o el patrón de medida). Por ejemplo: si eres niña pero te gustan las motos y llevar el pelo corto, eres “un machorro”; o por el contrario, si eres un niño y te gusta cocinar, la peluquería y no te gusta el fútbol, entonces eres “una nenaza” o “mariquita”
Volviendo al hilo de los artículos de Mary Beard, las mujeres están claramente sometidas a pasar por el filtro de belleza y aparente juventud. Esto también lo podemos ver en la televisión, donde LOS periodistas (hombres) que presentan telediarios en cadenas punteras tienen un aspecto normal y proporcional a su edad, pues se le da valor a su habilidad comunicativa y capacidad periodística; sin embargo, LAS periodistas (mujeres) han de tener una apariencia joven y bella. Por último, creo que el insulto nos hace daño a TODXS. A unxs más que a otrxs, pero siempre condiciona nuestro concepto y por consiguiente, nuestra autoestima; sobre todo en los pequeños y pequeñas, cuyos aspectos afectivos y sociales están en pleno desarrollo. ¿Crees que estos estereotipos afectan de la misma manera a unos y a otras? De la misma manera es evidente que no, pero sí en la misma intensidad. Desde antes de nacer, hay familias que ya establecen diferencias entre los dos sexos. Por ejemplo: la habitación, la ropa, el chupe, etc. es azul si es un niño y rosa si es una niña. En otros casos se opta por colores neutros, pero la inmensa mayoría parece vetar al niño del color rosa. Con los juguetes pasa igual, se le compran balones de fútbol, pistolas y coches teledirigidos a los niños; y muñecas, cocinas y carritos con bebés a las niñas. Lo más curioso es que los padres y madres que hacen esta cosas, luego le dicen a sus hij@s que los niños y las niñas SON IGUALES. ¿Qué harías para contrarrestar alguno de los estereotipos que nos señalan en estos vídeos? “No vale tanto lo que dices, sino lo que haces”. Somos modelos de referencia para nuestro alumnado y para nuestros hijos e hijas. La familia y la escuela deben remar en la misma dirección hacia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, por eso es importante crear “Escuelas de Familias” en los centros para concienciar y asesorar sobre cómo educar en igualdad a los niños y niñas desde el hogar. No es del todo eficaz que impulsemos la coeducación en la institución escolar, si no se refuerza paralelamente desde la institución familiar. Nuestro alumnado tiene que ver coherencia entre “lo que decimos” y “lo que hacemos”: un niñ@ debe tener la opción de jugar con pelotas, carritos, muñecos y muñecas, cocinas, monopatines, camiones, cuentos, etc. y debe ver tanto a papá como a mamá hacer todo tipo de tareas en el hogar y de actividades en el espacio público. ¿Podrías señalar algún otro estereotipo sexista que pueda afectar a un niño o a una niña? ¿A un hombre o a una mujer? ¿Cómo lo abordas o lo abordarías desde tu ámbito personal, familiar, laboral? Afirmar que uno no tiene estereotipos o que no le afectan es un acto de ignorancia que queda muy lejos de la realidad. Desde un punto de vista personal, leer sobre feminismo me ha permitido descubrir en mí, en mi pareja y en seres queridos y amig@s, actitudes, conductas y comportamientos que encierran micromachismos. Un pequeño ejemplo: es común ver cómo los hombres, en una conversación, interrumpen a las mujeres con una facilidad grotesca. Incluso, a veces, no son ni conscientes de dicha interrupción y por ende, no piden ni disculpas. Esto no ocurre al contrario ni de hombre a hombre. Otro ejemplo: el derecho que creen tener muchos hombres a piropear a una mujer desconocida, o a observarla con descaro. Podría escribir páginas y páginas sobre este tipo de conductas que contribuyen a estereotipar al hombre y a la mujer. Lo cierto es que la mayoría de estos comportamientos se llevan a cabo de manera inconsciente pero son los que hacen que nuestros hijos e hijas elaboren el concepto de qué es ser hombre y qué es ser mujer. ¿Qué cómo lo abordo? CON COMPROMISO. No río la gracia a lo que no la tiene (chistes y comentarios malsonantes) y denuncio con educación y argumento lo que no me parece de recibo. Seleccionar un recurso es una tarea bien difícil, lo que sí considero imprescindible es estar al día, formándonos e informándonos de cómo otr@s profesionales llevan a cabo esta tarea. He visto muchos recursos y muy interesantes para llevar a cabo la coeducación en diferentes grupos de Facebook o en Twitter como los de este curso; incluso Unidades Didácticas elaboradas a tal fin por diferentes instituciones.
"Yo ayudo en casa" es el comentario que muchos hombres hacen para manifestar que en su hogar NO TODO lo hace su esposa. Este comentario encierra un machismo evidente, porque le otorga la responsabilidad de la tarea del hogar solo a la mujer. Como dice Octavio Salazar en su libro "El hombre que no deberíamos ser", es un hombre feminista quien reconoce los privilegios que tiene en la sociedad por el mero hecho de ser hombre y está dispuestos a renunciar a ellos. Aunque se han dado algunos pequeños pasos hacia a la igualdad, sigue siendo el hombre el que vive en el espacio público y la mujer quien ocupa el espacio privado. En mi entorno es así en un porcentaje demasiado alto. Es la mujer quien, además de llevar a cabo su trabajo (el remunerado), lleva a cabo tareas tan necesarias e importantes como fatigables: limpieza, cocina, plancha, compra, niños y niñas, y un larguísimo etcétera. Es cierto que algunas de estas tareas, cada vez más, son compartidas entre los convivientes, pero solo hay que observar a nuestro alrededor para comprobar que el reparto no es justo ni equitativo. Diré que conocer y leer a Hannah Arendt significó (y significa) muchísimo para mí. Mi admiración hacia esta filósofa alemana es supina. De religión judía le tocó vivir el "Infierno Nazi" en primera persona. Quizás el hecho de estar enamorada de uno
de estos supremacistas, la llevó a intentar empatizar y comprender el porqué estas personas se sentían superiores a otras. Asistió a uno de los juicios más famosos del Holocausto, en el que se juzgaba a uno de los hombres más cercanos a Hitler, y escribió un libro sobre este: "Eichmann en Jerusalen". La profundidad de pensamiento, de análisis y de empatía de Arendt, queda reflejada en todo su legado, pero, desde mi punto de vista, en la interpretación que hace de este juicio, siendo judía y habiendo sufrido en su propia familia el movimiento nazi. Cito algunas de sus frases: -En referencia al propio Eichmann, dice: "no era un Satanás, sino una persona ‘temiblemente normal’; un producto de su tiempo y del régimen que le tocó vivir" -"En determinadas circunstancias, el mal es el resultado de los actos de personas normales que se encuentran en situaciones anormales" -"Las mentiras resultan a veces mucho más plausibles, mucho más atractivas a la razón, que la realidad, dado que el que miente tiene la gran ventaja de conocer de antemano lo que su audiencia desea o espera oír. Ha preparado su relato para el consumo público con el cuidado de hacerlo verosímil mientras que la realidad tiene la desconcertante costumbre de enfrentarnos con lo inesperado, con aquello para lo que no estamos preparados" YO AYUDO EN CASA "Yo ayudo en casa" es el comentario que muchos hombres hacen para manifestar que en su hogar NO TODO lo hace su esposa. Este comentario encierra un machismo evidente, porque le otorga la responsabilidad de la tarea del hogar solo a la mujer. Como dice Octavio Salazar en su libro "El hombre que no deberíamos ser", es un hombre feminista quien reconoce los privilegios que tiene en la sociedad por el mero hecho de ser hombre y está dispuestos a renunciar a ellos. Aunque se han dado algunos pequeños pasos hacia a la igualdad, sigue siendo el hombre el que vive en el espacio público y la mujer quien ocupa el espacio privado. En mi entorno es así en un porcentaje demasiado alto. Es la mujer quien, además de llevar a cabo su trabajo (el remunerado), lleva a cabo tareas tan necesarias e importantes como fatigables: limpieza, cocina, plancha, compra, niños y niñas, y un larguísimo etcétera. Es cierto que algunas de estas tareas, cada vez más, son compartidas entre los convivientes, pero solo hay que observar a nuestro alrededor para comprobar que el reparto no es justo ni equitativo.Haz clic aquí para editar. |
AutorAlfonso García Gallardo Síguenos en...ArchivosCategorías
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